Daniel Pérez González - Cuba

Soy un joven cubano. Mi vida ha transcurrido entre las calles, sonidos, e historias que cada día son parte de la vida en Cuba. Hace algunos años formo parte de un proyecto que no sólo es mi trabajo, es mucho más que eso. La Compañía Infantil de Teatro de Cuba, La Colmenita, es embajadora de Buena Voluntad de la UNICEF. Como parte de este proyecto cultural, educativo e inclusivo, formador de niños, niñas y adolescentes, he tenido la oportunidad de presentar y compartir nuestro proyecto de juego, teatro y valores en diversos escenarios del mundo, pero no imaginé nunca que algún día iba a estar en un espacio como este, compartiendo nuestra historia de este modo. Quisiera comenzar diciendo gracias, muchas gracias.

En La Colmenita estamos acostumbrados a comunicar a través del teatro, a jugar haciendo de algo, a compartir profundas emociones estudiando, cantando y bailando, cuidándonos mucho dentro y fuera del escenario. Educándonos en valores de solidaridad, y no de competencia. Nunca tuvimos grandes pretensiones, ni grandes planes de trabajo con marcos lógicos, sólo dimos pasos y las puertas se fueron abriendo ante el testimonio de nuestra obra. La Colmenita es una compañía creada en Cuba, hecha posible en medio de una sociedad donde los niños, niñas y adolescentes están en el centro de las prioridades del país. Me gustaría comenzar compartiendo algunas verdades sobre Cuba que han favorecido a nuestro trabajo.

Un niño cubano nace en una institución de salud especializada, que ofrece sus servicios de manera gratuita. La educación es universal, obligatoria y gratuita en toda la isla, incluyendo en zonas montañosas y de peor acceso. El sistema de educación también está integrado por niños con necesidades educativas especiales. Asimismo los niños, niñas y adolescentes con trastornos de conducta de múltiples causas, los niños cubanos, viven en una comunidad dentro y fuera de la escuela. El barrio y los vecinos complementan una familia que también los cuida, sin miedos a peligro alguno. Los medios masivos de comunicación y las tecnologías de información promueven mensajes que contribuyen al desarrollo de una sexualidad sana. Cuba tiene instrumentos jurídicos que le permite enfrentar a la trata de personas, la prostitución infantil, y la corrupción de menores.

La Colmenita, creada el 14 de Febrero de 1990, bajo la inspiración de Carlos Alberto Cremata Malberti, su director, asentó sus bases en ningún otro apoyo que no fuera el de la familia. Hoy embajadora de Buena Voluntad de la UNICEF, constituyéndose así como la primera agrupación cubana, y primer grupo teatral del mundo que ostenta dicha distinción. La Colmenita está inspirada en el pensamiento martiano que dice: “Los niños deberían juntarse una vez, por lo menos, a la semana para ver a quién podrían hacerle un bien todos juntos”. Es como la segunda familia, que crecen en ella, pasan el tiempo junto a niños de diferentes edades, credos, y color de piel. Nació para contribuir a la educación ética y estética a través de puesta en escena de clásicos de la cultura cubana y universal. Fomenta el aprendizaje de diversas manifestaciones artísticas, lo que la convierte en una de las experiencias más reconocidas y legitimadas del país como espacio educativo que fomenta y promueve a un ser humano conocedor y amante de sus raíces y su cultura, y confiado en las posibilidades de crecer con libertad y plenitud de cada ser humano.

La Colmenita llega a todo el público infantil de Cuba a través de los medios de comunicación social o presentaciones en vivo, que pueden ser en el teatro más importante del país, o en un caserío de una zona montañosa. Trabajamos para el bienestar pleno de nuestros niños, sus habilidades sociales. Más que el espectáculo en sí, lo que importa es el proceso de llegar a éste y el efecto en sus públicos. Juntos promovemos una cultura de Derecho en la infancia y el desarrollo integral en función del bienestar psíquico y físico de los niños; su empoderamiento en tanto a su derecho a expresarse, convirtiéndose en sujetos activos y protagonistas de su propio proceso educativo y de aprendizaje artístico; respetando su derecho a la participación a buscar y recibir información en todos los espacios, haciéndolos menos vulnerables al maltrato, a la prostitución infantil.

De este modo en el año 2006 se produce el nombramiento de La Colmenita, mediante una resolución emitida por el Ministerio de Salud Pública, como centro promotor de salud en Cuba. La Compañía ha participado en giras internacionales en más de veinticinco países, recibiendo siempre la mejor crítica por parte de especialistas de teatro y la pedagogía infantil. Con principios de trabajo colmeneros, como hacer el bien y promover la igualdad de los infantes en sus diferencias, se crearon Colmenitas en diez municipios de La Habana, y en nueve provincias de quince que tiene el país, que superan los mil integrantes. Todos en edades de entre 5 y 14 años. Nuestro proyecto ya se ha convertido en un movimiento y se esparce por otras partes del mundo. Se han fundado Colmenitas en Colombia, República Dominicana, México, 21 Colmenitas en Venezuela, 15 en El Salvador, 3 en Argentina, y 2 en España.  

La familia es parte protagonista en la construcción del vestuario, creando guiones, en el tiempo dedicado a acompañar a sus hijos en cada ensayo. La Compañía parte de la comprensión de que somos seres humanos sanos si sentimos bienestar físico y espiritual. Con esa perspectiva podemos estar hablando de niños con síndrome down, problemas físico-motores, que al tener un espacio de realización, se sienten tan bien como los que parecen no tener una dificultad. Así hacemos el bien a esas familias que ven a sus hijos crecer con alegría y olvidar sus dificultades. Motivados por el doctor en medicina norteamericano, “Clown” Patch Adams, y siguiendo la filosofía colmenera, creamos movimientos de payasos terapéuticos de la colmenita, con presencia en hospitales del país, impartiendo talleres a niños pacientes con larga estadía hospitalaria, iniciando un taller de multiplicación, y llevando esta experiencia sanadora a países como El Salvador.

La Colmenita tiene mucho que aportar al actual momento que vive Cuba y el mundo. Tenemos la potencialidad de entregar afecto, cultura, experiencias de humanismo y solidaridad en cualquier circunstancia. Es deber de La Colmenita seguir haciendo el bien para que los niños que reciban su arte y alegría estén cada vez más lejos de males que, lamentablemente, afectan a niños y adultos en todo el mundo, como ha sido el eje de este encuentro. Esta responsabilidad de salvar y ayudar a crecer, la Compañía, la asume con humildad y sin sentimientos de vanidad, dispuesta a aprender e intercambiar con otras experiencias similares del mundo para compartir esfuerzos en este sentido; formando seres humanos con pensamiento propio, conocedores de sus raíces, de sus derechos y orgullosos de su historia, y de conciencia del futuro que deberán construir. 

Gracias.

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